Wednesday, June 28, 2006

Anti-happening



El lunes en la Sala del San Martín pasaron cuatro filmes de la primera época de Warhol: Kiss, Blow Job, Mario Banana y la ya clásica Empire. Nos prevenimos de su probable pesadez y, claro, no miramos con antelación que la programación incluía 155 minutos de silencio.
La sucesión de besos apasionados de Kiss movieron el interés del público.
Pero cuando la cosa se tornó reiterativa, uno que estaba atrás gritó, con voz de chiste: “¡Que muestren una teta!”, con posteriores festejos varios de la sala.
Otro, más cercano contestó:
- Che, si no tienen ganas de ver, levántense, manga de nabos.
Después del “uhhh” reprobatorio, hubo calma. Aunque claro, la mecha ya estaba encendida. Blow Job, por razones obvias, mantuvo el silencio intercalado con alguna que otra risa en la oscuridad de la Lugones.
Empire fue demasiado para el ánimo general. Como se sabe, el film muestra de una imagen nocturna del Empire State durante ocho horas. La que vimos estaba editada en 60 minutos.
Después de los diez iniciales la cosa se puso difícil, y recomenzaron los intercambios en la sala:
-Che, esta es una versión corta, en el diario decía que la original duraba ocho horas.
- ¿Y qué pasaba en el final?
- Y...amanecía...
Risas generales, risas ahogadas y risas abiertas.
- No tenés idea, boludo, no leíste el desarreglo de los sentidos de Rimbaud (¿?).
- A ver, explicá a Rimbaud.
Silencio en la sala, silencio de guerra. El mismo pibe de atrás, otra vez:
- Esto da para que alguien haga un espectáculo allá adelante (la pantalla).
- Pasá vos y hacelo.
Mi amiga V. se había despertado con la discusión. Le dije que se armaba, que era un gran momento. Por dentro, obvio, quería rosca con la imagen del edificio de fondo. Otro dijo:
- Que la pasen rápido, si total no pasa nada...
- Vos sos el que no entendés nada...
- ¡Que pasen Mario Banana!
- Mirá, acá hay gente que pagó la entrada para ver la película, si no te gusta, levantate y no jodás más.
Después del nuevo “uuuuhhh”, la guardia bajó. Algunos se levantaron, otros durmieron. V., iluminada, salió y volvió con sándwichs y golosinas.
Confieso que no resistí: me dormí varias veces en esos sesenta minutos. Entremedio, ya no distinguía el recorte luminoso del edificio. Veía un extraño signo oriental, un robot primitivo, un avión de caza en viaje estabilizado.
-V., me hace acordar a Algo para recordar.
-¿Cuál es?
- Esa que Cary Grant espera a Deborah Kerr en la punta del edificio.
- Ah, si, la ví, es divina.
A esa altura quedaba el veinte por ciento de los que habían entrado en la sala. Había quienes habían salido, haciendo tiempo hasta que llegara el show de Mario.
Cundo prendieron las luces había un clima de paz, o de triunfo zen, yo qué sé.
¿Habría que leer a Rimbaud, a Huxler, a Lao Tsé para ver esto? Mmm... Andy Warhol se divertía demasiado haciendo y pasando estos filmes. ¿Por qué nosotros habríamos de tomarlos con seriedad?

Sunday, June 25, 2006

Dos de tantas


"El latido de mi corazón" (2005, Jacques Audiard) dispara mil cosas.

Cuando el cine francés sale a mostrar sus raíces noir, uno tiene la impresión de que se enfrenta a lo mejor que puede pasar por las salas. Como Truffaut con Hitchcock o Godard con el cine negro. "El latido de mi corazón" confirma esa tradición y rechaza la división cultural-marketinera entre el cine arte y el cine de pochoclos.
Un argumento puede fallar, pero la figura fetiche del protagonista, como sucede en "El latido...", llena cada hueco que pueda presentar la trama o las elecciones del director. Por eso la imagen de Roman Duris jaquea los análisis que desarman las películas, juzgando guión, la fotografía, las actuaciones... Ni hablar de los que se van por tangente psicoanalítica -que por otra parte, esta historia da hilo por la relación con la madre muerta-. Es cine: ¡son imágenes! ¿Es tan difícil ver lo se tiene enfrente, emocionarse con la narración, sensibilizarse con el paso de las imágenes? Es vida de un lado y el otro de la pantalla...
Tenía 998 cosas exaltadas más para decir, pero el comentario elogioso de Osvaldo Quiroga en su programa sobre esta película me desalienta a seguir escribiendo.

Pregunto

Si uno fuera el director de una revista de cine, digamos una publicación especializada, ¿gastaría la portada enseguir tirando fruta contra una película que toda la crítica le dió palizas, como es El Código Da Vinci (sí, hasta este blog..)? Yo qué sé... más bien parece pobreza editorial que suspicacia.

Me juego

Una de las imágenes del año: Marcela Pacheco en Mañanas Informales repartiendo CVs después de ser rajada del noticierode la noche de Canal 7.

Cinco razones para no ir a ver Martín Fierro de Vallejos

  • Porque Juan Palomino era número cantado para hacer papeles telúricos, étnicos y regionales.
  • Por el eslogan con creatividad bajo cero que no pasó la primera estrofa del poema: "El ave solitaria" (!).
  • Porque la que hizo Torre Nilsson tampoco fue buena.
  • Porque San Luis nunca logró una película como la gente.
  • Porque habrá profesoras de literatura que la va a hacer ver a sus alumnos o porque los que no quieran terminar el libro de Hernández van a alquilarla antes de rendir un examen.

Sunday, June 18, 2006

Cine es religión

"Trasmutadas en heroínas, divinizadas, las estrellas son algo más que objetos de admiración. Son también objetos de culto. A su alrededor se constituye un embrión de religión. Esta religión esparce sus fermentos sobre el mundo. Nadie es verdaderamente ateo si frecuenta las salas oscuras"

Edgar Morin, 1962.

Friday, June 16, 2006

Prótesis a prueba

Extraño es el reciclaje de las estrellas en baja de cine y tevé.
Primero buscaron a Luisina Brando, haciendo publicidad de pegamento para prótesis dentales. En ese recordado aviso -en una primera versión del aviso- la actriz mordía con ganas una manzana. Cometía un desliz delicioso: ni bien alejaba la boca de la fruta, bajaba los ojos para ver si la dentadura no se había quedado apresada en la pulida manzana publicitaria. Después de un tiempo de chascarrillos, convocaron otra vez a la Brando para que, con seguridad, y aun con la prótesis agarrada en la fruta, mirara a la cámara con seguridad.
Esta vez convocaron a Adriana Salgueiro para el mismo -triste- papel. La nueva prueba es soplar las velas de una reluciente torta de cumpleaños con una dentadura postiza sin que nada se escape por la boca. No sé por qué, pero no comería ese merengue.

Monday, June 05, 2006

Da Vinci, dame plata a mí también

No leí el libro que todo el mundo leyó. Vi la película, nada más. No voy a volver sobre esta película cuadrada y hollywoodera de Ron Howard. Ya bastante le han dado los chiflidos de Cannes y los pulgares al piso de cientos de críticos. En cambio, la historia de Dan Brown me ha dejado pensando.
Los que no querían enterarse, jódanse. Audrey Tatu es la tataranieta de Jesucristo y María Magdalena (y aun así no logra brillar). Al final de la película, el personaje de Tom Hanks se da cuenta de que María Magdalena está enterrada debajo de esa pirámide de cristal espantosa que los franceses levantaron al lado del Louvre. Claro, la idea es que es más que una forma de cristal, ya que la estructura contiene los símbolos de la sociedad secreta que protegió a la ascendencia del personaje de Tatu.
Me pregunto cómo hizo Brown para ganar tantos millones con este argumento. Pero mientras tanto, tengo planeada la versión local, en la que debajo de la Pirámide de Mayo está enterrada Mariquita Sánchez de Thompson.

Saturday, June 03, 2006

El sabor del té



Imperdible, lástima que se estrenó sólo en DVD.

Papelitos y papeleras

¿A ver, no se parecen demasiado las publicidades de Personal y Banco Nación acerca del Mundial? El argumento es idéntico: el extrañamiento ante la lluvia de papelitos, que parece que identifica -entre otras cosas- a la hinchada argentina. Pero esperen, ¿no fuimos los argentinos los que mandamos a la chica entrerriana con mensaje antipapeleras a los presidentes en Viena? ¿Cómo les explicamos esto a los alemanes? Está bien, sí, sí queremos papeleras. Che, pero es papel para tirar en la calle y en la cancha, a quién le importa de dónde viene y dónde va. Y además, el mundial pone entre paréntesis a las relaciones bilaterales y las banderas...